Casa Naila consiste en un proyecto de vivienda que se desplanta en un predio de 740 m2. Se ubica en Puertecito, una pequeña comunidad costera en Oaxaca, a 20 km de Puerto Escondido.
El terreno está ubicado en una punta, condición que le da una vista privilegiada con dos frentes al mar. Se buscó generar el menor impacto sobre el terreno, donde por el uso de vivienda y su contexto, la mayoría de las actividades cotidianas se realizan en el exterior.
El proceso creativo de Casa Naila partió de la idea de definir 2 ejes compositivos, creando un patio en forma de cruz que articula los 4 volúmenes que conforman el proyecto. Estos bloques fueron los aspectos clave para lograr una adecuada integración entre la arquitectura y su entorno inmediato.
Cada uno de los volúmenes consisten en edificios aislados con distintas alturas y cubiertas inclinadas, que hacen alusión a la topografía rocosa y accidentada de la playa. Se buscó otorgar distintas orientaciones a los espacios, para permitir la óptima circulación del aire e iluminación, además de lograr que cada uno de los usuarios tengan vista hacia el mar.
El programa arquitectónico se desarrolla tanto al interior como en el exterior, buscando una eficiencia espacial y funcional, donde el núcleo del proyecto se conforma por las áreas de convivencia, conectándose con las áreas privadas mediante el patio central y la alberca. De esta manera se logra una vivienda sencilla, estética y de bajo mantenimiento, con capacidad para alojar hasta 15 personas.
Los volúmenes en su planta baja son de concreto armado aparente, de esta manera se buscó dirigir y enmarcar las vistas de los espacios hacia el sur y el oriente. En la planta alta, los espacios se conforman por una estructura hecha a partir de bastidores de madera y hueso de palma, el cual es un material predominante en la zona y es utilizado como sistema constructivo tradicional en las viviendas vernáculas de la costa de Oaxaca.